domingo, 19 de febrero de 2012

ARRANCANDO



Está guardada pero me mira. Siento sus sollozos por las noches, alarga una ruedecita y ansía salir corriendo. Yo le pido calma, debe pasar el tiempo para volver a estar unidas.


Me confiesa que anhela ver las estrellas, viajar a lo alto de un bus, sentir vértigo con los baches de las carreteras, quiere abrirse y cerrarse, cerrarse y abrirse.


Mientras tanto, los días pasan, cuando la veo de reojo pienso: ¡tú tan rosa y yo tan blanca!!


Y mucho me temo que este año la espera va a ser larga, porque si los proyectos se cumplen, no podré arrastrar tus ruedas por el camino, tendré que colgar a los hombros el peso de una mochila. La llevaré cargada y volverá llenita.


Pacienciaaaa me pide el cuerpo, antes toca ¡¡vivir los días!!

jueves, 9 de febrero de 2012

ÁRBOL





Si volviera a nacer, renacería. Lloraría a pleno pulmón al sentir frío en mi piel. Me ahogaría la sensación de desapego físico al dormir sola en mi cuna, sonreiría a mi hermana mayor porque la quiero y la querría.


Si volviera a nacer me enfadaría, porque ya no se juega en la calle, ni hay peonzas, tabas o canicas.



Cogería la BH un buen día de verano y una vez tras otra pedalearía cuesta abajo, estampándome contra una puerta, esquivando una moto, saltando y girando, movimientos imposibles, que dan gusto al probarlos.



Sensaciones que se pierden con el pasar de los años, pero en el fondo se anclan y muy de vez en cuando el cuerpo te pide "riesgo", "movimiento", "espasmos".



Y eso es lo que me corre por las venas, sensación de libertad, necesidad imperiosa de salir a cabalgar, a los lomos de una yegua blanca o pinta, al natural, sin silla, sin riendas, sin maestro, sin circuito, ella y yo solas por el campo, evitando las subidas, ya que correr sin ver el objetivo despista a cualquiera y ya se sabe que perderse, en el campo o en la vida, resulta tarea difícil, por lo complicado que es encontrar la salida cuando hay más de un árbol frente a nuestra vista.