lunes, 25 de agosto de 2014

PARA TI


Vamos a imaginar por un momento que mi verdadera vida es la que muestro en el blog, que cada entrada que se publica es como una quedada con l@S AMIG@S en la que charlas y cuentas tus quebraderos de cabeza, en las que recibes opiniones que guardarás en la mochila, en las que vas conociendo un poquito de sus vidas por lo que muestran y publican.

En este mundo paralelo, lleno de libertad para expresarse y espacio para quejarse, donde se llora sustituyendo las lágrimas por las palabras, se ríe escribiendo deprisa ese párrafo que no puede esperar, se ocultan sentimientos entre metáforas maquilladas de purpurina...

Hasta esta humilde y pequeña casa, se ha acercado una visita, llevaba recibiendo misivas de él desde hace más de cinco años, fue entrando en mi vida con sigilo y con las palabras adecuadas, justas y correctas dependiendo del momento.

Aporta ese humor suyo tan surrealista, sus juegos de palabras y dobles sentidos, complementa su labor de educador con la verdadera experiencia de la vida, viajes buscando la isla más escondida, la foto de las cataratas desde mejor perspectiva, el glamour de París o las tumbonas y sombrillas.

Este último año le ha dado por aprender idiomas, y entre clase y clase, surgió la "cita", un día cualquiera del verano, a eso de las 11 me esperaría, en una plaza pequeña mirando a un perro, sin nervios, sin flores, tan sólo él deseando poner cara a María. Un paseo largo y visitas obligadas, entrelazando entre monumentos centenarios conversaciones que nacían.

Estoy tan agradecida que te debía un trocito en esta hoja en blanco, porque lo sabes, pero ya lo tienes reservado en ese otro mundo, en el de mi verdadera vida. http://noelplebeyo.blogspot.com.es/

domingo, 17 de agosto de 2014

DE COMETAS Y TORMENTAS


Dos niñas muy bien avenidas intentaron un día sin viento volar una cometa. Se levantaba del suelo dos metros tras el empuje de una ráfaga despistada de aire y después de dibujar una figura enrevesada e imperfecta, caía bruscamente dándose un buen golpe contra el césped del parque.

La cometa ansiaba elevarse y volar, necesitaba con urgencia desarrollar la labor para la que había sido diseñada, pero sentía que no estaba en las manos adecuadas, el ímpetu de esas niñas provocaba que no esperaran a que se dieran las condiciones óptimas para el vuelo y con cada golpe gratuito, notaba cómo algo pequeño se rompía muy adrentro.

Hasta que una tarde de tormenta y después de haberlo imaginado durante mucho tiempo, al soltarle el hilo lo suficiente, se alió con un torbellino donde se mezclaban aire cálido y aire frío, y sin pensar en las consecuencias, sacó fuerzas de donde no sabía que las tenía y se elevó como un cohete hacia la luna, de tal forma que consiguió desprenderse de las ataduras. 
Y por primera vez su tela sintió la resistencia que mostraba ante el viento, que era mucha, su cola lució orgullosa dando lengüetazos a diestro y siniestro y los lazos de colores pegaban grititos de alegría provocados por la emoción.

Nadie dijo que fuera fácil, de hecho ella nunca lo pensó, pero fue capaz de cruzar ciudades y mares hasta posarse delicadamente en un árbol frondoso y habitado por decenas de pájaros cantores, a la espera de que las manos adecuadas la rescaten, reestructuren su esqueleto quebrado, sustituyan la tela gastada y apagada por las inclemencias del tiempo y le den nueva vida, en invierno o en verano, pero que sea desarrollando su verdadera función.

martes, 12 de agosto de 2014

BIENESTAR

La noche lo anunciaba, se respiraba felicidad en cada inspiración y hasta las margaritas, injustamente cortadas a base de tijeretazos para lucir en una mesa cualquiera, elevaban sus pétalos como si quisieran gritar a los cuatro vientos que aunque un día te sientas obligado a desfallecer porque te arrebataron las raíces, una buena botella llena de agua puede suplir ese ramaje que un día fue tu pie de apoyo.

Porque a pesar de todo, se trata de sentir, pero mucho más allá de lo que pueden percibir los sentidos, es dejar que el corazón se desboque cuando tus ojos se centran en el color de los suyos, es notar que se respira mejor si una palabra llega y se coloca en la frase en el orden correcto, es concienciarse de que no hay nada material en esta vida que supere a los momentos de desconexión y disfrute contigo.

La rueda sigue girando, en una de estas voy y salto, sin estar segura de si la red podrá aguantar la fuerza del impulso, o si corro el riesgo de colarme por un agujerito y caer al vacío en un universo sin fondo, infinito, en el que se pagan los pecados cometidos por el mero hecho de haber vivido. También existe la opción de rebotar y salir despedida hasta ese trocito de luz que se percibe desde la ventana y que nunca pasa de un determinado punto marcado en mi memoria, ese lugar donde descansar y hacer amigos, de esos que son únicos e intransferibles, buenos, baratos y bonitos.