miércoles, 4 de agosto de 2021

AIRE


 

Siento que soy aire, que una fuerza incontrolable se encarga de llevarme hasta mis citas, que a veces está frío y otras veces arde, que en soledad es limpio, pero extremadamente sucio cuando está en compañía.


El aire es libre de meterse en tu vida, llena recovecos que ni siquiera conocías, los acicala y los perfuma con esencia de flores silvestres, deja los huecos listos para volver a la vida.


El aire viaja y ha visto paisajes de ensueño, pero las noches son oscuras y en ocasiones siente miedo. Sueña que entra a formar parte de huracanes o tifones, sueña que destruye, que amenaza, que corrompe...


 Al despertar pega un soplido que provoca escalofríos y se va en busca de imágenes tan contradictorias como una montaña nevada rodeada de cerezos en flor. Para algunas personas es lo que me define: la palabra contradicción.


El aire toca sin ser explícito en los hechos, roza pieles o regala caricias sin pedir permiso y lo raro es que hoy en día no se le acuse de realizar palpamientos. Pero es que no es denunciable, es un ente psíquico necesario sin volumen definido.


Siento que soy aire, a veces me expando y otras muchas me contraigo, a veces doy vida al fuego y otras tantas la quito sin miramientos.