domingo, 10 de diciembre de 2023

ROPA MOJADA


Tendí la ropa de cama mojada con la esperanza de que fuera secada. Quería usarla a media noche, para ello disponía de unas cuantas horas limitándome a mirar por la ventana. Tarea ardua, teniendo en cuenta mi falta de sábanas.


Ver mi cama desnuda me provocaba un alto grado de vergüenza ajena, de repente todas las historias y todos los sueños allí sucedidos se mostraban ante mí ruborizados, pude ver cómo la pesadilla de la última noche se ponía un antifaz y en paños menores no sabía ni para dónde tirar.


Los muelles del colchón ya no existían, fueron sustituidos por materiales maleables que no dejaban huella en el cuerpo pero tampoco lo abducía. Los muelles me hablaban a gritos, tenían formas únicas y huecos favoritos, echo de menos las incomodidades antiguas. Quizá echo de más todo lo moderno que facilita la vida.


Desde la ventana veía el canal repleto de agua estancada. Mi ropa blanca tiende a ser pesimista y a estar colgada, dos estados muy propicios para unas sábanas tendidas en Venecia, no les queda otra que estar húmedas o mejor dicho, mojadas.


Por desgracia, una gaviota se ha posado en la cuerda de la derecha y pacientemente ha defecado con toda su grandeza. Esto no tiene fin, me toca volver a lavar lo lavado, a tender lo tendido, a mirar lo mirado y a padecer lo padecido.


jueves, 28 de septiembre de 2023

ESE OTRO MUNDO

De la red

Una vez que he certificado que no pertenezco a este mundo, sino a ese otro donde habitamos todos los que nos consideramos extraños y renegamos de esta normalidad impuesta a base de pantallazos, relataré mi forma de ver la vida.


Mirarte de frente, me produce un colapso, cientos de estímulos atraviesan mi cerebro y en milésimas de segundo tengo que analizar con qué cosa me quedo. Normalmente, llega la pureza de tu esencia, el rubor o el nerviosismo, pero yo lo traduzco como inocencia, deseo, candor y ganas de ser tú mismo.


Posar la vista en el mar me provoca mil y una sensaciones. Imagino que soy una gota de agua salada intentando formar parte de un espacio más acotado. En la inmensidad no soy nada ni tengo futuro, en un charco de barrio pobre sería un punto brillante con traje de neopreno, destacaría por mis curvas, por mi inteligencia y por todo lo vivido. Esa sería una buena vida y no estas repetitivas corrientes marinas.


Cuando me fijo en algún insecto observo la fortaleza de sus patas. Un buen movimiento del trocánter denota un buen futuro inmediato, un fémur largo y una tibia robusta indican largas caminatas, tener la uña cuidada es el detalle más fino al que se dirige mi mirada.


Al mirar la copa de los árboles, me sobreviene la nostalgia. Yo hablaba con vosotros mucho antes de que fuera tendencia abrazaros tanto. Ahora ya no escucháis mis palabras, solo queréis sentir mis manos para intercambiar fluidos a cambio de nada. 


Y alzar la vista al cielo es lo mejor de este mundo, me siento parte de él por todo lo que compartimos, nubes que provocan niebla, agua transformada en lágrimas, aire que se vuelve viento. Es curiosa la incongruencia que me produce observarlo: quizá porque no creo, termino creyendo.


viernes, 11 de agosto de 2023

TIEMPO



El tiempo pasa sin darnos cuenta de que cada día se forman unas cuantas arrugas en alguna parte, intentamos sortearlas a base de recortes casi taurinos, crema por aquí, sérum por allá, filtro que las tape, maquillaje para despistar. Y, mientras tanto, lo que vive debajo de la apariencia lucha por no desaparecer. 


Tuve una vez valor, ese que poco a poco se esfumó. Me hizo conocer los entresuelos, me hizo gozar, me llevó al infierno. Esa mezcla entre lo prohibido y lo deseado, esa dicotomía peligrosa que es, ante todo, gustosa y adictiva.


También tuve empatía, la usé tanto que acabó derretida. Conseguí vivir vidas ajenas con sus dramas y sus éxitos como si de la mía se tratara. Llegué a tener tantos frentes abiertos que no sabía quién era al despertarme por las mañanas.


Tuve amor y lo mantengo intacto, la pega para mis amigos es que es maravilloso retenerlo, pero lamentablemente no he probado un traumático divorcio, ¡con la de sentimientos que entran en juego durante ese negocio!


Tuve fantasía y creo que la sigo teniendo. Por ejemplo, veo pajaritos cantando donde sólo hay ramas secas, tiendo a pintar estrellas bajo las nubes de las tormentas, siento mariposas cuando sólo son tripas revueltas...


Ahora sólo tengo realidad y vivir sin aditivos está resultando ser toda una experiencia. Creo que por fin sé en qué consiste esto, si me gusta o me desagrada será decidido en la soledad de mi misterio.

lunes, 10 de abril de 2023

EL CUENTO DE ÚRSULA

De la red


Quiero estar sola y lo estoy consiguiendo, de momento estoy tranquila, voy a sentarme en ese banco y a contarme a mí misma un cuento:

Una niña llamada Úrsula nació con poca carne y muchos huesos pero también con un hermoso y delicado cerebro.

Todo el mundo la criticaba por ser esbelta, sin embargo nadie la premiaba por tener ideas. Ideas que descontrolaban las rutinas de los pueblos, ideas que habrían cambiado el devenir de sus miembros, ideas que pretendían ponerse al día sin tener la necesidad de denigrar lo pasado, ideas nuevas, ideas limpias, ideas, al fin y al cabo.

Nunca se sintió humana, se consideraba a sí misma un bicho raro con tendencias suicidas que se paseaba por el mundo totalmente disfrazada. Tuvo una vida pobre intelectualmente, pero rica en experiencias sensoriales, sus neuronas la alimentaron hasta el último día, compensando de esta forma, las carencias afectivas.

Siempre recordó aquel paisaje tan azul, el zumbido de aquella abeja o el olor de la pasión. No soportaba la violencia, lo feo, el desequilibrio, lo dañado o el descontrol. Disfrutaba respirando aire limpio, sufría imaginando, se curaba escribiendo, recaía anticipando.

Su final fue poético, cada cual que invente una narración. Solo puedo decir que Úrsula se sintió liberada el día en que todo terminó.


martes, 21 de febrero de 2023

GRIS

De la red



Decidí lavarme a conciencia frotando cada poro de mi piel con ácido onírico. La verdad es que nunca pensé que fuera a resultar una tarea tan laboriosa, solo pretendía organizar mi vida poniéndole orden a lo que hasta entonces no lo tenía. 


Pensé que rememorar los sueños pasados aportarían luz a mis días, pero sucedió el hecho contrario, todo se oscureció y brotaron algunas pesadillas a horas tardías.


Entre los blancos y los negros acepté al gris como animal de compañía y descubrí varias funciones del color en cuestión, resulta que enmascara las mentiras, la vergüenza y hasta la humillación. Tono discreto, matiz azabache, mi gris oscuro evita que me insulten por la calle.


Nunca acaba esta limpieza, ya me encargo yo de ensuciar mi entorno a base de salpicaduras simétricas, bien ordenadas, con brillo, bonitas, baratas y bastante molestas.


Me quedaré a vivir en esta simple bañera para no manchar mis sábanas blancas, necesito un lugar en el mundo donde redimir mis pecados. Los grises somos escasos y no cuadramos en cualquier lado. Y de combinar con otros colores, mejor ni hablamos.


viernes, 28 de octubre de 2022

ECHO DE MENOS

De la red


Hoy echo de menos a manos llenas.

Echo de menos tener una emoción latente dentro de mí y quizá percibir la felicidad en los demás, la mía es imposible y lo acepto.

Echo de menos mi infancia en casa, aquella que desapareció para siempre de la noche a la mañana.

Echo de menos sonreír sin que el peso interior tire de mis comisuras hacia abajo.

Echo de menos charlar y que haya sustancia.

Echo de menos echar en falta, a veces me sobra la gente, los momentos, las noticias y hasta el nudo encorsetado de la corbata.

Echo de menos ser libre y liberarme creyendo que estoy presa. Esta jaula disfrazada de vida perfecta hipotética está recubierta de plomo pesado, difícil abrir la puerta.

Echo de menos que el corazón se me revuelva, lo noto adormilado, con arrugas profundas y muchas ojeras.

Echo de menos respirar aire puro, no purificar mi casa.

Echo de menos mirarte a los ojos y comprobar que el tiempo no apagó nuestra incombustible llama .

Nos echo de menos y no puedo hacer nada.



martes, 27 de septiembre de 2022

EL ESLABÓN TORCIDO

De la red

 

Eslabón Rodríguez nació entre fuertes ruidos causados por amoladoras angulares furiosas echando chispas como si no hubiera un mañana, en la agradable pedanía castellana de Terminón. El gritito tan agudo que pegó al coger la primera bocanada de aire y al llenar sus pulmones de hierro determinó su futuro inmediato y acabó siendo uno más, un simple eslabón.


De pequeño formó parte de una cadena larga y fina, según recuerda descansaba por las mañanas y por las noches se estiraba todo lo que podía. Tenía buena relación con los eslabones colindantes, a veces echaba de menos tener un hermano y tan pronto quería ser policía como físico cuántico.


La adolescencia la pasó perdido en el barro, un día de mucho viento cayó al suelo desmayado y tuvo que pelearse con el tiempo para no acabar enterrado. Durante esos años cambió su apellido y desarrolló unos grandes músculos de carbono, se tatuó fechas y nombres propios, escuchó música latina y se oxidó los dientes porque era la moda y así lo dictaba la disciplina.


Fue más adelante cuando Eslabón Perdido se torció. A los cuarenta y tantos años tuvo un accidente estrepitoso y su cuerpo pasó de ser un cero a parecer un ocho. Andaba hacia atrás y parecía que bailaba todo el rato, sorprendentemente todo esto propició su fama de simpático, por lo que decidió dejar su nombre intacto pero de nuevo cambió su apellido: desde ese momento, y ya para siempre, se llamaría Eslabón Torcido.