miércoles, 17 de abril de 2013

ME QUIERE, NO ME QUIERE

Deshojar una margarita puede considerarse ardua tarea si nos fallan las fuerzas para tirar de los pétalos por no haber desayunado.

Si salir en busca de presas tan abundantes en primavera resulta complicado por el simple hecho de estornudar.

Si nos limitamos a pasear por el asfalto y nuestros pies no tocan el césped, si por poseer esa blancura se mezclan con la luz del sol y no son visibles a ciertas horas.

Si osas coger una y comienzas por el "sí", seguramente el destino guarde para ti todo lo bueno, porque ser optimista es el primer paso para creer y empezar a sentir.




4 comentarios:

Noelplebeyo dijo...

Es cruel aquello de las margaritas. Deshojar es arrancar un átomo de belleza a las flores, y pensar que por el nº de pétalos, por azar, sea un sí o un no...¿ Quien no ha hecho trampas o ha escogido una segunda margarita ?

Se sabe perfectamente aquello del querer o no querer. Se sabe que todo es difuso y pasajero. Me zumba una frase hace mucho tiempo. Yo no necesito hablar para expresar una emoción, me basta solo con mirar... Las flores de por sí pierden sus atributos. No adelantemos acontecimientos arrancándolos

A. Sandler dijo...

Nunca me ha gustado la gente que deshoja margaritas,... encima de no tener ni idea de qué hacer con su vida, se cargan la flor y dejan el suelo hecho una mierda!!!

María dijo...

La necesidad de buscar respuestas sin tener que implicarse!!

La de tonterías que llegamos a hacer, y sí, en ocasiones las margaritas pagan los platos rotos.

Un besazo

María dijo...

Jajaa, la constante acción de que paguen los demás con nuestros errores.

Un beso