lunes, 12 de mayo de 2014

PATINANDO


En esas ocasiones en las que la vida se pone patas arriba, hago lo que haría un ciempiés subido a unos patines mientras se desliza por el hielo, no hay más remedio que dejarse llevar, no protestar por las muchas magulladuras o moretones que te hagan las caídas y practicar hasta conseguir guardar el equilibrio por duro que sea, para poder empezar a disfrutar cuando aumentes la velocidad y notes la sensación del viento acariciando tu cara.

Esa sensación es comparable al vértigo que me produce el paso del tiempo, sabes que llegará, incluso deseas llegar, pero que sea tan
"así sin más": añadir años a nuestra edad, soplar cada vez más velas y pedir más deseos. Sentir que falta algo por hacer y tener ganas e ilusión por hacerlo...eso echo de menos yo, un poquito más de inocencia que me haga creer que se cumplen los anhelos...

Mientras llegan y se hacen realidad, iré creando caminos, a base de rodar hacía delante o hacía atrás, de dar vueltas, saltos y brincos. Lo mejor es saber que dependo de mí para crear la ruta del sendero, que con una gran sonrisa me abriré paso entre la maleza, esquivaré piedras, ríos o regatos y daré puntapiés a las alimañas con las que me tope por el trayecto.

5 comentarios:

Noelplebeyo dijo...

Rodando


Luces, cámaras...acción

María dijo...

Y sintiendo el viento... Dijo la "diva"

;)

sinparaguas dijo...

Ánimo, vas por el buen camino y seguro que fuerzas te sobran para lidiar con lo que intente entorpecer tu ritmo e incluso con los tropezones.

Besos

María dijo...

Lo que no faltan son ganas de animar al prójimo, eso lo dice todo de ti.

Un abrazo

Mica dijo...

Me encanto la entrada, supongo que lo importante es confiar en uno y darse la oportunidad de abrirse caminos.