lunes, 19 de junio de 2017

SILENCIOSOS REGALOS

De la red


Valoro los detalles pequeñitos más que cualquier otra cosa en el mundo. Adoro los minutos dedicados, esos en los que te miras a los ojos y de tanto mirarte, hasta quedas grabado.

Respiro a pleno pulmón cuando le dedican un piropo a tu pequeño y secreto don, ese en el que destacas por las noches, cuando la ausencia de ruido del entorno te hace hueco y lo tomas como el mayor privilegio de estar vivo: poder oír el sonido del silencio y ser capaz de ponerle letra a la música que vaga huérfana y borracha por las esquinas.

Recuerdo el momento preciso en el que me regalaste el derecho, por mera coincidencia en el tiempo, de ser el cuerpo de apoyo para aquella mariquita desamparada. La traspasaste de tu mano a la mía y ante el cambio de textura quiso salir volando, pero decidió inspeccionar el terreno pisándome con sus pequeñas patas aunque iba cojeando.

Su color tan rojo, sus manchas en las alas, su frágil cuerpo redondo, pero sus ansias de vivirlo todo... Creo que me recordó a mí misma hace unos años, cuando estaba tan desvalida que me sentía minúscula e insectívora. Hasta que alguien me prestó su brazo como apoyo y empecé a descubrir el terreno nuevo, tierras extensas con caminos angostos en las que llevo ya unos años viviendo. 

Sentirte unos minutos u horas a salvo y tener que volver al jardín o a las malas hierbas del campo. Estoy segura de que aquella, nuestra mariquita, quería seguir contando dedos. Me apuesto una de sus antenas a que era, como mínimo, diplomada en magisterio y que sabía leer y escribir los números romanos, que sumaba cifras elevadas y restaba lo sobrante, que te nombraba a Calderón de la Barca, te recitaba poemas de Neruda y que tenía, como mínimo, memoria de elefante.

Me quedo con el maravilloso instante de haberla compartido. Algo que a ojos ajenos pudiera no tener importancia, pero que desde los míos adquirió mucha relevancia.

8 comentarios:

Athenea dijo...

Todo eso que nos pasa por los labios y hace soñar... todo eso que al latir la palabra palpita...
todo eso es luz ...entre luz creamos momentos.

un abrazo

Noelplebeyo dijo...

Ay Sí aprovecharamos Cada momento MARIQUITA Y Los Besos No Volarán con tanta facilidad

Besos

A. dijo...

Justo hoy alguien me habló de las pequeñas buenas cosas, que nos arrancan pequeñas buenas sonrisas y nos dejan grandes y magníficos recuerdos.

Hermoso, como siempre.

Besos.

María dijo...

Y algunos momentos se transforman en palabras y se dedican y se vuelve a soñar :-)

Abrazo

María dijo...

Pues otro insecto nos cantaría...

Besos

María dijo...

Que no dejen de sucedernos y que tengamos la suerte de que nos hablen sobre ellas.

Besazo.

Recomenzar dijo...

Es de madrugada y el silencio me invade mientras te leo
bellas tus palabras siempre

María dijo...

Bello momento. Lo imagino y sonrío.

Un beso