viernes, 15 de julio de 2022

ASIMETRÍA

De la red


Como palmera esbelta y espigada que soy, confieso que me torcí en exceso debido a un amor correspondido. Aunque siempre tuve la duda de si lo mío fue amor verdadero o simplemente la casualidad de ser vecinos. 


La curvatura me provocaba pequeños dolores matutinos, pero a mi amado le gustaba en exceso, constantemente la rascaba y le daba besitos. La mimaba tanto que se agudizaba por momentos, donde yo oía crujidos, él escuchaba festejos.


Mi entrenudo C3 fue torciéndose a partir de un susto ornitológico: un pelícano agresivo comenzó a picarlo y se llevó un elevado tanto por ciento de sustancia palmeril al zoológico.


El C4 no tuvo más remedio que seguirle la corriente, estar agarrados de la mano tiene estas cosas, no puedes ser inmune a lo que sucede justo al lado.  


El C5 y el C6 se enfadaron y se reconciliaron treinta y siete veces en dos años, tantas idas y venidas acabaron causando dos hernias, una escoliosis y algún que otro pinzamiento, durante el cual cocos y cocos cayeron provocando accidentes meramente caseros.


A veces me pregunto qué ve en mí si la asimetría es evidente y él me contesta que desde su perspectiva soy la palmera más sexy de la isla. Es entonces cuando lo miro detenidamente y pienso en lo bonito que está resultando torcernos a la vez, desde la nuca hasta la rabadilla.


viernes, 6 de mayo de 2022

CARACOLA

De la red



Estando tumbada en un parque un día, observé con detenimiento a unos cuantos caracoles que a por mi sabroso sándwich venían. 

Su desventaja era evidente, se deslizaban tan despacio que me dio tiempo a pensar por dónde le darían el primer bocado. Fui rápida y astuta, les dejé el rastro en el aire y desapareció de su vista lo que más deseaban masticar sus pequeñas mandíbulas. 

Pero de repente todos me miraron y como si de una maldición milenaria se tratara, me incrustaron una concha que tapó mi cabeza y mi cuerpo de una forma un tanto extraña.

Tenía piernas para ir a cualquier sitio, pero me faltaban la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto: sentidos indispensables para dirigirte a cualquier objetivo.

Y comencé a andar, me choqué con cientos de personas que me escupían al pasar, me caí en varios huecos profundos, perdí los zapatos e intentaron agujerearme la cocha para investigar quién había allí dentro, lo que resultó imposible porque ni yo misma lo sabía en aquel momento. 

Sigo andando, sigo ciega, sigo sin tacto. Se dice que el amor es ciego, pero aún nada se ha dicho de que si una caracola con patas podría llegar a ser algo tan asombroso. 

martes, 22 de febrero de 2022

BAILARINA

De la red

Como una bailarina con pies doloridos me siento, esa ilusión de que por fuera estás perfecta pero por dentro muriendo.


Tengo un moño alto donde guardo la rigidez de mis días, espinitas de pescado finas que de vez en cuando clavo entre las uñas para sentir que estoy viva. 

Cuando lo deshago todos mis pensamientos se esparcen como el mercurio vertido en la nada, ese que se marcha y no vuelve pero que si lo bebes, te mata.


Mi tutú tiene cientos de capas mullidas, normalmente esconden traumas entre alguna alegría. Los primeros están almidonados con maizena en mi casa, las segundas han creado encajes y aparentan ser sonrisas manchadas de tomate. 


Y por último las zapatillas recogen la historia de mi vida: pasos, saltos, carreras, frenazos, todo lo que va sucediendo, como es mi estilo, con zancos y además de puntillas.


domingo, 2 de enero de 2022

SÁBANA BLANCA

De la red

 

Dormía tan plácidamente el domingo por la noche pegada a mi colchón que no me di cuenta de que objetos inanimados se movían a mi alrededor.


Cuando un haz de hojalata me rozó la rabadilla, todos mis sentidos despertaron de golpe: no había movimiento, pero sí cientos y cientos de elementos agrandados sin causar remordimientos.


La piel de gallina que se me puso me hizo parecer un puercoespín adolescente, agujereé la ropa y decidí ponerme una sábana blanca por encima para no asustar a las vecinas.


Al salir corriendo, un reloj de cuco me dejó sin aliento. Justo estaban dando las cuatro de la madrugada y en vez de salir un cuclillo, asomó por la portezuela una especie de buitre negro teñido de amarillo. Al dar las horas se atragantó en la tercera, le di una patada en el gaznate y dio la cuarta contorsionándose.


Las tijeras me pillaron bajando las escaleras. Hubo un pequeño forcejeo y comenzaron a cortarme sábana sobrante. Cuanta menos tela había, ellas más grandes se hacían. 


Le di vida a objetos inanimados a cambio de la mía. Ser un fantasma asustado no ahuyenta miedos, los reafirma. Menos mal que pasado ese infierno desperté de mi sueño y comprobé con la vista que solo había sido una agobiante pesadilla.


domingo, 17 de octubre de 2021

CUALQUIERA

De la red

Esta es la historia de cualquiera, de anyone o de qualsevol.


Yendo sola por la montaña Olivia se fijo en una piedra de color marrón. Había cientos y cientos de ellas, pero sus ojos solo miraban su canto redondo y un pequeño defecto que tenía en el interior.


Decidió cogerla y la metió en su bolsillo, pero a cada paso que daba, la piedra más le pesaba. Comenzó a torcerse, su perfil se esfumó, a lo lejos solo se veía una forma rara intentando dar pasos hacia el pueblo más alejado llamado Error.


Olivia no veía, el esfuerzo de tan pesada carga y el dolor en sus costillas le provocaron ceguera parcial, solo vislumbraba una recta infinita por la que discurrir con su piedra maldita.


A duras penas oía, las voces que se agolpaban al inicio del trayecto habían ido desapareciendo tras pasar días de frío y de verdadero sufrimiento. Ella no sabía por qué, pero antes de la piedra se sentía vacía y ahora estaba llena, con eso le bastaba.


La historia acaba antes de tiempo, justo en el momento en el que le faltaba dar un paso para entrar en el pueblo.


Se dice que desde entonces toda la población sufre cólicos de riñón o que tienen una cantera que nunca se agota y que crece un metro cada hora. Vete tú a saber si será verdad, la pregunta que yo me hago es si Olivia fue capaz de dejar allí la piedra y después se marchó.


miércoles, 1 de septiembre de 2021

AUTOESTIMA



Es sencillo vivir en medio de un jardín cuidado, donde el agua y los vientos están controlados, donde tienes compañía y nunca pasas desapercibida, donde cada amanecer la energía del sol refuerza tu pequeño tallo y con él, la autoestima.


Las sombras producen el efecto contrario, ser arrancado de tu vida para cumplir un deseo ajeno y quedar relegado a ser un objeto llamativo, poco cuidado, a veces mirado y muy fotografiado. Poco a poco se pierde el valor que se tenía, los pétalos se caen, la lata donde duermes se oxida...


Y te esfuerzas para no olvidar de qué color eras, te maquillas en exceso y agrandas tus pestañas, afinas tu cintura o te implantas silicona, sin embargo, al verte reflejada en el espejo lo que más destaca es una mirada tristona.


Si comienzas a agachar la cabeza, la espalda la acompaña y tus pies continúan la faena: arrastrarán mierda, mucha mierda acumulada en las aceras. Los ojos solo verán esa pequeña porción de irrealidad momentánea, la piel se olvidará de brillar y se llenará de pecas, una nube se instaurará sobre ti y lloverán autocríticas y autocastigos que llenarán de basura todos tus bolsillos.


Hay que alimentar sanamente la autoestima, la duda es cómo hacerlo cuando no eres más que una pequeña flor amarilla en medio de un campo de margaritas.


miércoles, 4 de agosto de 2021

AIRE


 

Siento que soy aire, que una fuerza incontrolable se encarga de llevarme hasta mis citas, que a veces está frío y otras veces arde, que en soledad es limpio, pero extremadamente sucio cuando está en compañía.


El aire es libre de meterse en tu vida, llena recovecos que ni siquiera conocías, los acicala y los perfuma con esencia de flores silvestres, deja los huecos listos para volver a la vida.


El aire viaja y ha visto paisajes de ensueño, pero las noches son oscuras y en ocasiones siente miedo. Sueña que entra a formar parte de huracanes o tifones, sueña que destruye, que amenaza, que corrompe...


 Al despertar pega un soplido que provoca escalofríos y se va en busca de imágenes tan contradictorias como una montaña nevada rodeada de cerezos en flor. Para algunas personas es lo que me define: la palabra contradicción.


El aire toca sin ser explícito en los hechos, roza pieles o regala caricias sin pedir permiso y lo raro es que hoy en día no se le acuse de realizar palpamientos. Pero es que no es denunciable, es un ente psíquico necesario sin volumen definido.


Siento que soy aire, a veces me expando y otras muchas me contraigo, a veces doy vida al fuego y otras tantas la quito sin miramientos.