lunes, 3 de marzo de 2025

De la red


Sentada frente a ti, omnipresente, rodeada de más oscuridad que nunca porque pretendes llevarte otra parte de mí. Hablemos.


Nunca he entendido tu sentido del humor, creo que al no compartirlo te has ofendido y eso te hace casi humana, pero te falta la compasión, te fallan las formas, aterra tu imagen y el frío que provocas.


Es cierto que andamos distraídos por este mundo, nos centramos en todas las bellas rarezas que nos envuelven con tal de abstraernos del momento en el que vendrás a buscarnos, pero mi queja es que no me dejas en paz, no hay respiro entre visita y visita y, sinceramente, no podré atenderte como te mereces porque se me ha acabado el té.


Entiendo tus motivos, mis personas son especiales y bonitas, quizá tienes celos, quizá carencias afectivas, desear lo ajeno no es bueno y robarlo en estas circunstancias roza la alevosía. 


Echo de menos una buena charla sin mentar tu presencia, echo de menos dormir en calma y despertar sin sobresaltos, echo de menos caminar sin nudos en el estómago, reír a carcajadas o escuchar una canción sin sentirme náufrago del tiempo.


Estamos desajustados. Nos queda algo pendiente, considero que esta conversación debería ser más fluida, yo comparto contigo palabras y lágrimas vivas y tú conmigo solo tu espantosa sonrisa. 


Maleducada.


domingo, 3 de noviembre de 2024

METICULOSAMENTE IMPERFECTA



De la red


Me senté en un banco a tomar el sol el otro día y, seguidamente, me quité los zapatos para comprobar qué sentía.

Raíces invisibles se enroscaron en mis tobillos, probaron mi sabor y sentenciaron su veredicto: si existe la imperfección, ya tiene nombre y apellidos.


Yo lo sospechaba desde hace tiempo y por eso me esforcé en sacar malas notas, en cagarla o en romperlo. Ser imperfecta es costoso y conlleva horas y horas de estudio. Quizá el secreto esté en los hechos, esos que nunca se hacen, se harán o se hicieron.


Imperfecta hija, imperfecta esposa, imperfecta amiga, imperfecta idiota. Luché tanto por alcanzar la imperfección que mis pesadillas eran sueños llenos de momentos perfectos, aderezados con purpurina, estrellitas amarillas y un unicornio multicolor; donde el amor me correspondía y la palabra familia era única y exclusivamente mía.


Creo que mi imperfección está a punto de alcanzar el doctorado cum laude: sin pretenderlo, me senté en un banco a tomar el sol el otro día y resulta que estaba lloviendo.


miércoles, 21 de agosto de 2024

VIAJES EXTRAÑOS


Sé que te invito a viajes extraños, quiero que tus ojos perciban la rareza, sin esas excursiones furtivas no sería posible tocarnos, mirarnos, formar esta pareja.


Nuestras maletas están llenas de recuerdos, los míos pesan, los tuyos se fueron diluyendo. Tú eres afortunado. Como autocrítica, creo que yo tiendo a engordarnos en exceso. Y después, los acuno y les añado sucesos no inventados, sino reales, de esos que son de carne y hueso.


Aquella vez que nos plantamos en una isla perdida, conseguimos encontrarle el sentido a nuestra vida en familia. Cuando llegamos en plena noche al bullicio de aquella ciudad italiana, descubrimos que hablar el mismo idioma es, ante todo, una ventaja.


Al enfrentarnos al ladrón, al ratero o al maleante, ambos estuvimos de acuerdo en la reacción y en la respuesta que los hizo sentirse insignificantes. Sin embargo, cuando metiste los pies en el fango que me rodea, pegaste un traspié, me miraste a los ojos, saliste corriendo y cerraste la puerta.


Cada día salgo al balcón de piedra y observo el camino que te llevaría a casa. El lodo aún está presente, deseo que llegue la primavera, a ver si es posible que el calor seque lo embarrado y volvamos a encender juntos aquella hoguera.



viernes, 29 de marzo de 2024

DOLOR

De la red

 

¿Puede Dolor hablar desde el corazón?


Oigo voces desde hace mucho: palabras inconexas, murmullos a destiempo, grititos chirriantes, enfados por momentos.


Recrimina mi ignorancia y desea atención, dice que una persona herida no puede ir con la cabeza alta, ni con maquillaje, ni con tacón. Me exige una mirada apagada, lloros, llantos, desesperación, que proclame a los cuatro vientos mi vida pasada, lo sufrido, lo incómodo, la traición.


A Dolor le gusta ser invitado, de hecho se viste con sus mejores galas cuando se le prohíbe el paso en algún evento programado para no pensar en lo malo. De repente y sin esperarlo, se presenta por la izquierda y sin saber cómo lo ha hecho, invade la estancia y desparrama su elocuencia.

Lo curioso del momento es que consigue que me olvide del tranquilo presente y que rememore malos recuerdos.


Saber que las flores pueden crecer en terreno yermo, que las mariposas vuelan a través de cualquier cielo y que lo dulce impregna todos los rincones del planeta Tierra, me hace mantener la esperanza de que mi corazón eche raíces algún día en la alegría y que destierre a Dolor fuera de mi cuerpo, de mi mente y de mi vida.



domingo, 10 de diciembre de 2023

ROPA MOJADA


Tendí la ropa de cama mojada con la esperanza de que fuera secada. Quería usarla a media noche, para ello disponía de unas cuantas horas limitándome a mirar por la ventana. Tarea ardua, teniendo en cuenta mi falta de sábanas.


Ver mi cama desnuda me provocaba un alto grado de vergüenza ajena, de repente todas las historias y todos los sueños allí sucedidos se mostraban ante mí ruborizados, pude ver cómo la pesadilla de la última noche se ponía un antifaz y en paños menores no sabía ni para dónde tirar.


Los muelles del colchón ya no existían, fueron sustituidos por materiales maleables que no dejaban huella en el cuerpo pero tampoco lo abducía. Los muelles me hablaban a gritos, tenían formas únicas y huecos favoritos, echo de menos las incomodidades antiguas. Quizá echo de más todo lo moderno que facilita la vida.


Desde la ventana veía el canal repleto de agua estancada. Mi ropa blanca tiende a ser pesimista y a estar colgada, dos estados muy propicios para unas sábanas tendidas en Venecia, no les queda otra que estar húmedas o mejor dicho, mojadas.


Por desgracia, una gaviota se ha posado en la cuerda de la derecha y pacientemente ha defecado con toda su grandeza. Esto no tiene fin, me toca volver a lavar lo lavado, a tender lo tendido, a mirar lo mirado y a padecer lo padecido.


jueves, 28 de septiembre de 2023

ESE OTRO MUNDO

De la red

Una vez que he certificado que no pertenezco a este mundo, sino a ese otro donde habitamos todos los que nos consideramos extraños y renegamos de esta normalidad impuesta a base de pantallazos, relataré mi forma de ver la vida.


Mirarte de frente, me produce un colapso, cientos de estímulos atraviesan mi cerebro y en milésimas de segundo tengo que analizar con qué cosa me quedo. Normalmente, llega la pureza de tu esencia, el rubor o el nerviosismo, pero yo lo traduzco como inocencia, deseo, candor y ganas de ser tú mismo.


Posar la vista en el mar me provoca mil y una sensaciones. Imagino que soy una gota de agua salada intentando formar parte de un espacio más acotado. En la inmensidad no soy nada ni tengo futuro, en un charco de barrio pobre sería un punto brillante con traje de neopreno, destacaría por mis curvas, por mi inteligencia y por todo lo vivido. Esa sería una buena vida y no estas repetitivas corrientes marinas.


Cuando me fijo en algún insecto observo la fortaleza de sus patas. Un buen movimiento del trocánter denota un buen futuro inmediato, un fémur largo y una tibia robusta indican largas caminatas, tener la uña cuidada es el detalle más fino al que se dirige mi mirada.


Al mirar la copa de los árboles, me sobreviene la nostalgia. Yo hablaba con vosotros mucho antes de que fuera tendencia abrazaros tanto. Ahora ya no escucháis mis palabras, solo queréis sentir mis manos para intercambiar fluidos a cambio de nada. 


Y alzar la vista al cielo es lo mejor de este mundo, me siento parte de él por todo lo que compartimos, nubes que provocan niebla, agua transformada en lágrimas, aire que se vuelve viento. Es curiosa la incongruencia que me produce observarlo: quizá porque no creo, termino creyendo.


viernes, 11 de agosto de 2023

TIEMPO



El tiempo pasa sin darnos cuenta de que cada día se forman unas cuantas arrugas en alguna parte, intentamos sortearlas a base de recortes casi taurinos, crema por aquí, sérum por allá, filtro que las tape, maquillaje para despistar. Y, mientras tanto, lo que vive debajo de la apariencia lucha por no desaparecer. 


Tuve una vez valor, ese que poco a poco se esfumó. Me hizo conocer los entresuelos, me hizo gozar, me llevó al infierno. Esa mezcla entre lo prohibido y lo deseado, esa dicotomía peligrosa que es, ante todo, gustosa y adictiva.


También tuve empatía, la usé tanto que acabó derretida. Conseguí vivir vidas ajenas con sus dramas y sus éxitos como si de la mía se tratara. Llegué a tener tantos frentes abiertos que no sabía quién era al despertarme por las mañanas.


Tuve amor y lo mantengo intacto, la pega para mis amigos es que es maravilloso retenerlo, pero lamentablemente no he probado un traumático divorcio, ¡con la de sentimientos que entran en juego durante ese negocio!


Tuve fantasía y creo que la sigo teniendo. Por ejemplo, veo pajaritos cantando donde sólo hay ramas secas, tiendo a pintar estrellas bajo las nubes de las tormentas, siento mariposas cuando sólo son tripas revueltas...


Ahora sólo tengo realidad y vivir sin aditivos está resultando ser toda una experiencia. Creo que por fin sé en qué consiste esto, si me gusta o me desagrada será decidido en la soledad de mi misterio.