lunes, 5 de agosto de 2013

GRANDE


La inmensidad se muestra ante nosotros a cada paso que damos.

No somos conscientes de lo pequeñitos que somos hasta que una imagen tomada desde lo alto de un castillo lo retrata.

Pero hay días, momentos, instantes, en los que te sientes la persona más grande del mundo, hay vivencias que te devuelven la sonrisa, hay personas con el corazón tan grande que te abren las puertas de su casa y te muestran su vida, tal cual.
Y yo, con cuidado y casi casi de puntillas, como es mi estilo, me empapo de lo positivo, me quedo con las anécdotas del viaje y sigo adelante habiendo crecido unos centímetros.

3.217 kilómetros después, puedo decir que ha sido un enorme placer haber compartido este verano una experiencia así con grandes amigos.

2 comentarios:

Noelplebeyo dijo...

bien medido

María dijo...

No dudes que estás incluido!

Un beso