martes, 23 de agosto de 2011

SENEGAL

















Como un sueño hecho realidad y vivido en primera persona, estuve entre baobabs, con la suerte de que nuestro planeta es capaz de albergar centenares de ellos sin que sus raíces lo hagan estallar...




Maravillas de la naturaleza que te hacen sentir pequeñita, pero protegida por sus ramas tan imponentes.




Sentí el calor del desierto, mis pies ardían, mi piel se abrasaba, mi cuerpo pedía agua. Quise adaptarme en un minuto, supe que es imposible hacer el cambio, se necesitan años y años.



Deseé entonces ser arena, dejarme llevar de un lado a otro por el viento, cambiar de postura, de rango y de lugar con cada ráfaga de aire.




Entré en la selva preparada de pies a cabeza, pronto me di cuenta de que no necesitaba más que mis pies para andar y mis ojos para captar cada instante, ¡¡mágico!!.




Manglares, aguas rosas, animales salvajes, aves impresionantes, abejas molestas por nuestra presencia...




Noches asfixiantes por el calor, insectos, lagartos, no luz, no agua potable, ducha a la luz de la luna, no tele, no internet, no nevera...



¡Se puede vivir con lo básico!!




Mis ojos estaban frente a lo que necesitaban, tenía prisa por desprenderme de la imagen de lo habitual, me urgía saber que hay otros modos de vida.



Destaco: sus miradas, sus sonrisas, su energía, su vitalidad, su ansia por aprender, su curiosidad, su libertad, su tranquilidad, su cordialidad...



Cuando las expectativas se superan, cuando los contratiempos se solventan, cuando superas los miedos y te desprendes de lo que no sirve, llegas a la conclusión de que, con todas las incomodidades del mundo, ha resultado ser el mejor viaje de mi vida. (No apto para sibaritas)



¡Resulta difícil explicarlo con palabras! Ahí van las imágenes.































viernes, 22 de julio de 2011

VISCERAL



Cuando sientes que todos somos del mismo color, cuando tus ojos no logran ver las diferencias, cuando te sientes cada vez más lejos de los lujos, cuando no necesitas dinero nada más que para viajar y viajar para observar y observar para aprender y con ello crecer y crecer... entonces es que llegó el momento.



A veces tengo que ver las fotos para creer que estuve allí, el día a día te envuelve en un sin sentido que consigue robotizarnos, por lo que sólo conseguimos SENTIR cuando algo nos toca muy de lleno, es entonces cuando nos preguntamos ¿cómo he llegado hasta aquí? y podemos, incluso no reconocer los síntomas de lo que nos pasa por dentro.


¿En qué nos estamos convirtiendo? He visto una y otra vez la cara de incredulidad de la gente cuando le nombro mi destino de vacaciones, cuando le relato el motivo, cuando les sentencio el fin.


"...para ver miseria..." Y en esos momentos yo pienso: quién no lleva una vida miserable hoy en día, ellos al menos son libres de alguna forma, más esclavizados que nosotros no se puede vivir...


Es difícil explicar el motivo, es imposible convencer a los demás, es algo que debe sentirse, es algo que debe vivirse, es algo que existe, que está ahí.


África me espera, África me llama.


Hasta la vuelta.

domingo, 26 de junio de 2011

¿?







Poco a poco la vida te va llevando por el camino que más se adapta a tus pies. Sufro desde siempre ampollas, heridas, dolores inexplicables cuando termino una caminata larga.



"Calzado inadecuado, número exacto, terreno exarcerbado" mil y una explicaciones a mis lesiones sin sentido, y una sola cuestión por mi parte ¿y los demás por qué no?.

Quizá haya estado pisando un suelo que no me corresponde, unas texturas que me dan alergia, quizás andaba contracorriente pero el viento que me daba en la cara era tan suave que no notaba su resistencia...

Buscaré, donde mis huellas dejen su forma en la tierra, donde mis dedos se sientan libres, donde los poros de mi piel estén en perfecta concordancia con el medio.

Comienza.

jueves, 19 de mayo de 2011

SER



Deseo que me refrigeren, que me cubran con una capa de hielo lo suficientemente gruesa para que, toque quien toque, nunca consiga llegar a la piel.


Que dado el caso en el que alguien insista en exceso y consiga rozar mi vello, no obtenga respuesta alguna de rubor o cambio de estado, por estar anestesiada a causa del frío.


Pediría, eso sí, unos milímetros de deshielo para poder ver sólo de frente, un ensamblaje especial en las articulación para poder andar, pero en los oídos llevaría conectada mi música, para no tener que escuchar las críticas sobre mis andares.


Dejaría por donde pasara un rastro con mi ADN incluido, si lo analizaran llegarían hasta mí, me detendrían por escándalo público, por ser diferente o por incitar a la gente a no sentir.


Una vez en el calabozo, conseguiría echarle a los policías, a los abogados y hasta al que trae el tentempié, un trocito de escarcha en sus cafés negros y cargados, que rebajaría en un alto porcentaje la dosis de mal humor, las caras lúgubres llenas de arrugas y malos ratos y hasta mejoraría los triglicéridos y el colesterol.


Las noches de invierno las pasaría al raso, aumentando poco a poco el grosor de mi nueva piel.


Concluirían mis días cuando el deshielo se completara y una simple ráfaga de aire cálido se colara por la ventana.


Me quemaría, por dentro y por fuera, creo no sería capaz de volver a esa ardiente realidad.




jueves, 5 de mayo de 2011

ESCULPIENDO



¡¡Desde arriba se veía todo tan diferente!! Daba la sensación de que alguien le había dado la vuelta a la Tierra y que por éste motivo mostraba las cicatrices de lo que esconde, las vísceras a plena luz del día, las venas, los órganos... y a nosotros, como hormigas, no, mejor como virus o bacterias, pues nuestra labor parece ser la de crear malestar, producir picores, toses, gases, tumores y cánceres.


Allí estaban las nubes, retorciéndose de tal manera que creaban unas formas tan difíciles de retener, que parecían sacadas de los sueños de la poderosa imaginación de algún genio, si es queda alguno.


Y quise volar, aposentarme en un mullidito cúmulo, orientado al sur, por supuesto. Construir según el momento: un cómodo sofá sin mucha humedad para ver desde allí y con las gafas de sol puestas, una única y maravillosa puesta de sol, una silla con patas de metro y medio para ver desde la distancia si se acercan tormentas o huracanes, o bien una cómoda cama con funda nórdica de plumas de cigüeña para descansar la vista y la mente de tanta belleza, paz y tranquilidad.


Pensaba mientras lo sentía.


domingo, 24 de abril de 2011

LUZ



Sentir que se tiene suerte en medio de una maraña de hechos, sentimientos y consecuencias, es, como mínimo, tener esperanza.


Me fijé, y vi que hay mucho verde alrededor. La primavera ha hecho brotar sus hojas, sus flores y, como consecuencia, nuestro jardín.


Intenté dejar lo incómodo de lado, me limité a disfrutar, respiré hondo, me empapé de energía. Me he preguntado mil veces cómo se verá mi vida desde otros ojos, cómo se percibirá desde allá arriba, desde ahí abajo, desde al lado.


Estoy aprendiendo a disfrutar de los días de lluvia, aunque me cuesta horrores prescindir del sol, saber que mis ojos aún brillan al mirarte, esperar con calma a que llegue ese momento, tener planes, tener futuro, tener la certeza de que aún nos queda por vivir ¿lo mejor?.






viernes, 1 de abril de 2011

YA


Todo tiene un final, eso está claro.


Veo próximo el de una etapa que si tuviera que calificar con una sola palabra sería: esclavitud.



Con los tiempos que corren, si dices que dejas un trabajo fijo, por poco van y te ponen la camisa de fuerza, pero los que te escuchan no saben que te la tendrán que poner de por vida si no lo dejas a tiempo.


Es cierto, tengo la sensación de fracaso, porque desde el día que dejé de estudiar, no he encontrado el camino correcto. Tengo claro que me equivoqué, que los años en la Universidad Pública no me sirvieron para ganarme la vida y que los años en la Universidad Privada sirvieron para gastar dinero y no recuperarlo ni en 5 años de trabajo.


Y mi límite de aguante estaba ahí, lo sabía o lo intuía, y tengo claro que mi vida personal no se toca, no se programa desde otro lugar, nadie manda sobre ella, no se me aconseja qué hacer o dónde ir en mi tiempo libre, mucho menos ponerme impedimentos a la hora de formar MI familia.


Pero la realidad es esa, si quieres una cosa renuncia a la otra y si te empeñas en mantener el trabajo ya te haremos la vida imposible para que te dé como mínimo un infarto.


Llegué a lo alto y observé el panorama, me di cuenta de que quiero seguir buscando, que no me conformo con lo que hay, que necesito VIVIR para sentir que merece la pena seguir luchando y no puedo permitir que nadie se quede con mi tiempo y mi presencia sino se lo merece.


¿Daños colaterales? No digo que no.