domingo, 14 de diciembre de 2008

¿Fantasía o realidad?


Érase una vez una niña muy imaginativa. La llegada de la Navidad suponía para ella una magnífica excusa para hacer y deshacer todo tipo de adornos decorativos adecuados para la ocasión: guirnaldas, dibujos, belenes, árboles de navidad, tarjetas de felicitación, más guirnaldas.
Suponía también la oportunidad de dar rienda suelta a la vena teatrera que todos llevamos dentro, no muy acorde con el personaje que casi siempre se le asignaba (ángel), no por otra cosa que la simpleza del papel: una determinada postura anunciando la llegada y adoración del niño Jesús, ni una linea de texto...
La llegada de los juguetes de mano de los Reyes Magos le provocaba a esta niña un subidón que ni la marihuana puede igualar, bueno la verdad es que era imaginativa, pero no tanto como para terminarse de creer que unos señores llegados de Oriente entraban en casa con camellos incluidos a dejar regalos y a comer y beber sin llamar al timbre y saludar. Pero por ahí estaba la duda.
Lo que más perpleja la dejaba era ir a ver la cabalgata de Sus Majestades y descubrir que Melchor era clavado a su vecino Pepe, Pepe el de la Mari, ¿sería Rey y encima Mago? Desde luego disimulaba muy bien el resto del año.
También la descolocaba descubrir por casualidad unos bultos sospechosos encima del armario de la habitación de los papás, que casualmente llevaban el mismo papel de regalo y tenían la misma forma que los dejados la noche de Reyes detrás de la cama...
Pero esta niña quería creer y con eso le bastaba, si se le pregunta os dirá que ha abierto la puerta a Gaspar un montón de veces, que Baltasar no es tan alto como creemos y que le ha dado de comer de su mano a todos y cada uno de los camellos que se han pasado por su casa cada año. Al fin y al cabo, a todos nos gustan los regalos y, si aciertan, poco nos importa cómo ha llegado a nuestras manos.
Rascar un poquito dentro y veréis como aún quedan restos de esa niña por algún lado. Feliz Navidad a todos.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Ya llegó

Días de frío, horas perdidas, semanas sin sentido, parece que el tiempo en invierno pasa sin más, sin ningún fin.
Imagen y semejanza de lo que pasa dentro de mí en este preciso momento.
Rutina, me mata, no sé de que especie estoy hecha, pero en cuanto llevo un determinado tiempo haciendo lo mismo, se acopla una tristeza a mi lado que cuesta dejarla encerrada en algún cajón, si es que no tiene un buen candado.
Es entonces cuando busco sin cesar momentos de soledad para hacer lo que deseo, huyo de la obligada cortesía y pienso únicamente en mí, siento entonces una gran liberación, un "ahora sí soy yo" y no cuando me disfrazo cada mañana para dar paso a la gran función del día.
Ni siquiera los que tengo alrededor se dan cuenta de mi dicotomía, tengo fama de ser tímida, seria, y únicamente es prudencia, a la hora de hablar, a la hora de actuar, no suelo dejarme llevar por impulsos, las veces que me arriesgué me di de bruces contra la realidad.
Durante unas semanas he vivido un sueño, creí que esta vez iba a hacerse realidad, como en tantas otras ocasiones llegó el momento de la decepción, nada resulta fácil para mí, pareciera que para llegar a un mismo objetivo, los demás debieran andar 2 kilómetros y yo 200 más.
No pasa nada, otra vez será, no debes agobiarte, ya llegará, palabras que oigo y dejo pasar sin más, porque cuando estas harta de que lleguen las cosas que no quieres que pasen, y de que no pasen las cosas que quieres que lleguen, no quiero palabras etiquetadas para cualquier ocasión, quiero que comprendan que sí pasa algo, que sí me preocupo, que la próxima vez no será como esta, que me agobio porque es mi vida, mi cuerpo y mi situación.
Por eso no hablo sin conocer, no opino sin haber experimentado, no doy consejos sin estar en el lugar del otro.
Fuera comienza a nevar.

viernes, 31 de octubre de 2008

Y OLÉ

Estaba yo tan tranquilita descansando frente a la televisión encendida, sin prestarle demasiada atención, cuando absorta en mis pensamientos me di cuenta de que si quisiera hoy en día poner una sevillana típica spanish encima de la caja tonta no podría, la tele es tan fina que no habría ley física posible que consiguiera que se sujetase con cierta estabilidad.

Me dije que esa reflexión tan extraña a esas horas de un viernes fin de mes merecía, por lo menos, un post en el blog.

Y me doy cuenta de lo que han cambiado las cosas en poco tiempo, se ha pasado de la decoración excesiva al minimalismo exagerado, del colorido y la sin razón de aquellas paredes de los años 80 a los tonos pasteles y la uniformidad de las casas de hoy en día. En ocasiones, cuando veo fotos de mi infancia me cuesta encontrarme en la habitación entre tanto cuadrado-rombo-círculo-rojo-naranja-marrón, uff, cómo podría pegar ojo por las noches, diríase que podría calificarse de cuasi sacrilegio al feng shui tan de moda hoy en día.

Quizá de ahí me venga esa obsesión por las líneas rectas, los colores suaves y la sencillez de mi casa, acepto regalos de todo tipo excepto decorativos sin haberlos elegido previamente, no soporto las figuritas o los recuerdos de Benidorm, mucho menos los adornos de las comuniones o bodas o bautizos...

Llegados a este punto debo explicar para la gente de otros países que durante los años 70-80 se impuso casi de forma general que toda casa pudiente tuviera una sevillana como la de la foto encima de la televisión y a poder ser con un tapete de ganchillo elaborado por la abuela debajo.

También había cientos de hogares con una especie de tapiz o alfombra en la pared con la imagen de unos ciervos en el bosque, que debieron de agotarse en el mercado.

Con la perspectiva del tiempo todo esto se percibe como un atentado al buen gusto, pero jolín, qué felices éramos y qué orgullosos estábamos con nuestras muñequitas y nuestros tapices decorando nuestros días.

jueves, 16 de octubre de 2008

Complejidad










Más, more, plus, poquitas letras pero una de las palabras más utilizadas, ¿o no?, en esta frase ya la he utilizado dos veces, pero podrían haber sido más... y van tres.




Los opuestos no están nivelados, veamos: queremos más poder, más amor, más tiempo libre o más trabajo, más diversión, más relajación o más actividad, más objetos inanimados para tener más compañía, más amigos, más músculos, más camisas, camisetas, faldas, pantalones, botas, zapatos, zapatillas, bailarinas, abrigos, gorros, bufandas..., más horas de sueño, coches más grandes o más rápidos o más deportivos, casas con más metros, más ceros en la cuenta del banco...

Como mucho deseamos menos arrugas, menos kilos, menos problemas.




Menos desear y más vivir el momento, un consejo que siempre llevo encima pero que no me gusta regalar a nadie ya que nunca he sabido cómo se vive el momento, el presente es tan efímero que al momento ya es pasado y prácticamente vivimos pensando en el minuto siguiente, en la hora que va a venir, en la semana con el próximo puente, en el mes de las vacaciones.



Lástima que cuando se logra alcanzar ese momentito de verdadera paz, cuando te parece que lo conseguiste, que por fin eres capaz de percibir la felicidad, suena el "despertador" y hay que comenzar un nuevo día.





Estoy en pleno proceso de reorganización, quizá todo esto suene un poco extraño, pero es lo único y lo poco que llego a escribir.

¿Qué fue de mis musas??













lunes, 29 de septiembre de 2008

Aquí y ahora


Siempre odié las películas tipo "Terminator" y todas las del estilo, no porque no me llenara su argumento y no sacara ningún tipo de conclusión después de verlas, que también, sino por el ambiente que creaban para presentarnos cómo iba a ser el futuro.
Y lo más trágico era que ese futuro estaba próximo, año 2020 o una cosa así, por lo que me veía viviendo entre androides, coches voladores, trajes de cuero, rayos láser, zonas desérticas, caos y más caos.
Qué miedo me daba pensar que iba a tener que desenvolverme en un mundo así.
Por ahora voy viendo que no llegaremos a esos extremos, al menos en tan poco tiempo, pero si percibo el caos en el que cada día nos sumergimos al poco rato de despertar: tráfico, voces, malas caras, estrés.
No puede ser bueno a largo plazo, lo pagaremos de alguna forma.
Por momentos desearía vivir en el campo, despertarme con el ladrido del perro del vecino, desayunar leche recién ordeñada, comer tomates que sepan a tomate y manzanas con sabor a manzana, hacer la matanza en enero, calentarme con una chimenea, pisar las hojas por los caminos y poder oír el ruido que hacen...
Pero por otro lado necesito la mayor parte de las cosas de la vida de la ciudad.
Imagino que un poco como todos, no obstante de momento me conformo con no convivir entre androides, aunque a veces es para dudarlo.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Ya está bien


¿Según piense uno así van las cosas, no?
Estoy cansada de llorar, de estar en los huesos, de no verme guapa, de conformarme con ir en chanclas, de pasear sin ver a nadie, de tener miedo de todo y de todos...
Giré 180 grados y retomo: el trabajo, los tacones, el maquillaje, el gimnasio, las relaciones sociales, el antimiedo, en definitiva, una vida normal.
Ahora, de vez en cuando paro y respiro, antes me ahogaba pues no tenía tiempo de coger una buena bocanada de aire. Espero haber aprendido la lección, no sirve de nada querer abarcarlo todo.
Una buena mochila de humildad a mi espalda, dosis y dosis de tiempo aprovechable, unas barritas de paciencia forte para momentos de emergencia y un álbum de fotos de recuerdos que no quiero volver a fotografiar.
Porque considero que ya me toca ver el lado positivo de la vida, porque he tenido a mi gente cerca cuando los he necesitado, porque se me presentan oportunidades difíciles de rechazar justo cuando más las necesito, porque para mí eso ya es tener suerte, y porque ME LO MEREZCO.
Nueva etapa, aunque lo que importa no es lo que pueda venir, sino tener ilusión por comenzarlo y llevarlo a cabo.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Sin ti





Comenzaba una canción: "Entre el cielo y el suelo hay algo..."


No quiero empezar a enumerar cuántas cosas, planetas, seres (los humanos y los no tanto), gases y demás componentes habitan en el universo, nunca acabaría y dormiría al personal.


Tan sólo es que llevo días con la vista alzada, y quizá he sido más consciente de todo lo que hay por ahí arriba. Sin duda deseando que hubiera algo más, que todo lo que nos contaban de pequeños en la clase de religión fuera realidad.

Pero miro y tan sólo veo el sol si es de día, y la luna si es de noche. Lo contrario sería preocupante.

Nunca más que ahora quisiera tener Fe, justo en el momento en el que menos creo.

Sólo hay una cosa cierta, que estamos mucho más solos sin ti y que nos toca seguir lidiando con la vida sin tu compañía.

Te echamos de menos.