De la red |
Creo que esos entes oscuros, feuchos y enredados son el cúmulo de todo lo que está por ahí enquistado. Voy a tener que hacer limpieza profunda, desinfectar los huecos y hablar seriamente con las larvas y las bacterias porque creo que será positivo poner ya de una vez las cartas sobre la mesa:
La primera será parecida a un as de bastos, la que ponga límites y fronteras que no serán sobrepasados sin una identificación exhaustiva y completa previa.
La segunda vendrá precedida por el rey de espadas, ese que con la puntita bien afilada señala y dirige a las visitas menos deseadas.
La tercera corresponderá al tres de oros, el que pone el sello de garantía para asegurar la calidad de los sueños y la ausencia de pesadillosas pesadillas.
Y la cuarta, el siete de copas. Por aquello de invitar al amigo cuando compartes mundo onírico, aquel sitio donde todo es festivo, donde el negro da paso al azul y la oscuridad al brillo.