viernes, 29 de agosto de 2008
Compañía inesperada
martes, 19 de agosto de 2008
Búsqueda
Llevo dos semanas sintiéndome así de pequeñita, más frágil que nunca, con un único deseo: dormir, aislarme del exterior, alejarme de todo lo que causa estrés, ruidos, luces, llamadas de teléfono, malas noticias, señores y señoras vestidas de blanco avanzando por el pasillo. Creo que voy a desarrollar algún tipo de fobia hacia los hospitales en general y hacia los médicos en particular.
Observo la foto y me doy cuenta de que llegamos a este mundo sin nada en los bolsillos, de hecho llegamos al mundo sin bolsillos, por algo será. Los que llevan aquí más tiempo se encargan de proporcionárnoslos y de llenárnoslos sin preguntar o valorar qué es lo que necesitamos. Como rebaños de ovejas, todos seguimos el mismo camino.
Por momentos me gustaría tener la posibilidad de empezar a llenarlos de nuevo, vaciar los que llevo tan cargados, hacer limpieza exhaustiva y comenzar ordenándolos por orden alfabético y en estanterías separadas entre sí a la medida de 5 centímetros.
Mi espíritu rebelde, resistente a hacer lo considerado "correcto" se está volviendo en este momento mi mayor aliado, no me reprimo, si quiero llorar lloro, si quiero gritar grito, si quiero callar callo, estoy en todo mi derecho, y además considero que nunca he tenido más motivos para hacerlo.
Ahora no pienso, siento. Y noto que voy por el buen camino.
Aunque sinceramente quisiera, por unos instantes, volver a ser así de pequeñita.
miércoles, 13 de agosto de 2008
Silencio
Nunca he querido mostrar los malos momentos que todos pasamos, el blog lo creé precisamente para evadirme de ellos, para dejar escrito lo bueno, para compartir experiencias.
Pero hoy no puedo evitarlo, mi papá está muy malito. El blog no volverá a tener entradas hasta que mi estado de ánimo cambie.
¡Fuerza, papi, tú puedes!