domingo, 3 de noviembre de 2024

METICULOSAMENTE IMPERFECTA



De la red


Me senté en un banco a tomar el sol el otro día y, seguidamente, me quité los zapatos para comprobar qué sentía.

Raíces invisibles se enroscaron en mis tobillos, probaron mi sabor y sentenciaron su veredicto: si existe la imperfección, ya tiene nombre y apellidos.


Yo lo sospechaba desde hace tiempo y por eso me esforcé en sacar malas notas, en cagarla o en romperlo. Ser imperfecta es costoso y conlleva horas y horas de estudio. Quizá el secreto esté en los hechos, esos que nunca se hacen, se harán o se hicieron.


Imperfecta hija, imperfecta esposa, imperfecta amiga, imperfecta idiota. Luché tanto por alcanzar la imperfección que mis pesadillas eran sueños llenos de momentos perfectos, aderezados con purpurina, estrellitas amarillas y un unicornio multicolor; donde el amor me correspondía y la palabra familia era única y exclusivamente mía.


Creo que mi imperfección está a punto de alcanzar el doctorado cum laude: sin pretenderlo, me senté en un banco a tomar el sol el otro día y resulta que estaba lloviendo.


miércoles, 21 de agosto de 2024

VIAJES EXTRAÑOS


Sé que te invito a viajes extraños, quiero que tus ojos perciban la rareza, sin esas excursiones furtivas no sería posible tocarnos, mirarnos, formar esta pareja.


Nuestras maletas están llenas de recuerdos, los míos pesan, los tuyos se fueron diluyendo. Tú eres afortunado. Como autocrítica, creo que yo tiendo a engordarnos en exceso. Y después, los acuno y les añado sucesos no inventados, sino reales, de esos que son de carne y hueso.


Aquella vez que nos plantamos en una isla perdida, conseguimos encontrarle el sentido a nuestra vida en familia. Cuando llegamos en plena noche al bullicio de aquella ciudad italiana, descubrimos que hablar el mismo idioma es, ante todo, una ventaja.


Al enfrentarnos al ladrón, al ratero o al maleante, ambos estuvimos de acuerdo en la reacción y en la respuesta que los hizo sentirse insignificantes. Sin embargo, cuando metiste los pies en el fango que me rodea, pegaste un traspié, me miraste a los ojos, saliste corriendo y cerraste la puerta.


Cada día salgo al balcón de piedra y observo el camino que te llevaría a casa. El lodo aún está presente, deseo que llegue la primavera, a ver si es posible que el calor seque lo embarrado y volvamos a encender juntos aquella hoguera.



viernes, 29 de marzo de 2024

DOLOR

De la red

 

¿Puede Dolor hablar desde el corazón?


Oigo voces desde hace mucho: palabras inconexas, murmullos a destiempo, grititos chirriantes, enfados por momentos.


Recrimina mi ignorancia y desea atención, dice que una persona herida no puede ir con la cabeza alta, ni con maquillaje, ni con tacón. Me exige una mirada apagada, lloros, llantos, desesperación, que proclame a los cuatro vientos mi vida pasada, lo sufrido, lo incómodo, la traición.


A Dolor le gusta ser invitado, de hecho se viste con sus mejores galas cuando se le prohíbe el paso en algún evento programado para no pensar en lo malo. De repente y sin esperarlo, se presenta por la izquierda y sin saber cómo lo ha hecho, invade la estancia y desparrama su elocuencia.

Lo curioso del momento es que consigue que me olvide del tranquilo presente y que rememore malos recuerdos.


Saber que las flores pueden crecer en terreno yermo, que las mariposas vuelan a través de cualquier cielo y que lo dulce impregna todos los rincones del planeta Tierra, me hace mantener la esperanza de que mi corazón eche raíces algún día en la alegría y que destierre a Dolor fuera de mi cuerpo, de mi mente y de mi vida.