De la red |
Quisiera empaquetarte muy despacio, con un papel suave y acolchado por dentro, porque tu piel es muy sensible si no la tocan mis manos, que están siempre calentitas e hidratadas para poder fundirse contigo y conseguir así, el equilibrio perfecto.
Tendrías forma de cuadrado, me gustan los números pares, las simetrías, los ángulos rectos, los vértices que no pueden mirarse entre ellos, crear la duda de si eres la base de apoyo o el lado rebelde e incorrecto.
Papel decorado con notas musicales, para que si te aburres durante el trayecto, con un simple toque, oigas tus más queridas canciones. Todas empezarán con violines abriendo el paso a las palabras y las cerrarán tus gestos, de alegría, de tristeza, de añoranza, de deseo...
Te enviaré a varios destinos y viajarás durante un año.
El trato será que la persona que lo reciba lo mantenga a la vista durante unos días, que cada mañana al levantarse se muera de ganas por abrirte, que imagine tu forma, que haga cábalas y que se ilusione, pero que te deje ir cuando corresponda, sin llantos ni lloros, con convencimiento y coraje.
Ah, olvidaba decirte que en vez de remite, escribí el siguiente mensaje:
¡ATENCIÓN!
Cosas bonitas
dentro
Eso quiere decir que igual no vuelves, pero en el fondo deseo fervientemente que ninguna mano se haya atrevido a abrirte antes de tiempo, sin haberme dado la oportunidad de ser yo quien te quite con cuidado el celo que te sujeta para que no desparrames tus cosas bonitas por el suelo.