Siempre odié las películas tipo "Terminator" y todas las del estilo, no porque no me llenara su argumento y no sacara ningún tipo de conclusión después de verlas, que también, sino por el ambiente que creaban para presentarnos cómo iba a ser el futuro.
Y lo más trágico era que ese futuro estaba próximo, año 2020 o una cosa así, por lo que me veía viviendo entre androides, coches voladores, trajes de cuero, rayos láser, zonas desérticas, caos y más caos.
Qué miedo me daba pensar que iba a tener que desenvolverme en un mundo así.
Por ahora voy viendo que no llegaremos a esos extremos, al menos en tan poco tiempo, pero si percibo el caos en el que cada día nos sumergimos al poco rato de despertar: tráfico, voces, malas caras, estrés.
No puede ser bueno a largo plazo, lo pagaremos de alguna forma.
Por momentos desearía vivir en el campo, despertarme con el ladrido del perro del vecino, desayunar leche recién ordeñada, comer tomates que sepan a tomate y manzanas con sabor a manzana, hacer la matanza en enero, calentarme con una chimenea, pisar las hojas por los caminos y poder oír el ruido que hacen...
Pero por otro lado necesito la mayor parte de las cosas de la vida de la ciudad.
Imagino que un poco como todos, no obstante de momento me conformo con no convivir entre androides, aunque a veces es para dudarlo.