Un día cualquiera levitaré, me moveré como una marioneta, tocando el suelo de puntillas.
Realizaré movimientos imposibles en el aire, el pelo dibujará imágenes fáciles de interpretar para unos pocos, sin sentido para la mayoría.
Abrir los brazos y abrazar a todo lo que venga por delante, quedarme con trazos milimétricos de cada experiencia y componer un collage multicolor, colgarlo en una pared luminosa y observar cómo al reflejar los rayos del sol, los colores cambian.
Cambio, hoy es mi palabra, pero cambio más crecimiento, ser consciente de que cada instante es diferente, de que enriquecemos nuestro mundo todos los días al abrir los ojos por la mañana y de que cuando los cerramos por las noches somos "más", nunca menos.
Desplegaré si es necesario pancartas por los estadios de fútbol, que los enfoquen las cámaras y se retransmitan mundialmente: es hora de ir cambiando, y no precisamente de camiseta,
lunes, 24 de junio de 2013
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