miércoles, 29 de diciembre de 2010
El olor de las estrellas
martes, 21 de diciembre de 2010
Daños colaterales
Sucesos mal categorizados surrealistas me han rodeado últimamente.
El mundo parece estar locooooo, seres vivos: hombres, animales y plantas, y seres inertes: piedras y demás objetos.
Si por mí fuera el telediario lo protagonizarían alguna población diferente al ser humano, aunque en ocasiones cuesta identificarse con la especie en cuestión.
Imagino qué sucederá en las colmenas, ciudades cosmopolitas, adelantadas y modernas. Su noticia del día será, como no, la crisis. Llevan ya un par de años haciendo horas y horas extraordinarias de vuelos interpoblacionales para recaudar unos pocos mililitros de miel e ir pagando así religiosamente su celdilla dentro de la colmena, que no supera los dos centímetros cuadrados... Cada vez son menos, las abejas emigran a países donde aún hay flores.
Imagino los hormigueros, superpoblados, teniendo que compartir espacios con las lombrices, esos vecinos tan viscosamente desagradables, famélicas por no tener migas de pan que llevarse a la boca. Los inviernos son tan largossss y tan durossss que no llegan las provisiones. Las que se aventuran a salir, no vuelven, por los corredores se ha extendido el rumor de que fueron pasto de algún oso, como no, hormiguero, que deambulaba sin rumbo fijo en busca de tal manjar.
Imagino por último la vida del que imagina, inventando mundos irreales con trazos de su realidad.
Como dice la canción: "Ya no sé si el mundo está al revés o soy yo el que va cabeza abajo"
domingo, 19 de diciembre de 2010
Ya está
sábado, 31 de julio de 2010
jueves, 1 de julio de 2010
OCASIONES
viernes, 21 de mayo de 2010
¿DÓNDE, CÓMO, POR QUÉ?
Paseaba tranquilamente el otro día por la Plaza Mayor, esa tan famosa y repleta de gente de todos los puntos del planeta, cuando centré mi mirada en un objeto.
Recordaba haber tenido algo parecido cuando era pequeña, a modo de "cosa que no sabes de dónde salió ni para qué sirve, pero que gusta".
El hombre que lo había expuesto para venderlo pegó un brinco nada más ver que me paraba, creo que intuyó una buena venta, yo, con mi pinta de niña pija, parada frente a los puestos de fabricación artesana, pegaba más en las joyerías de los ositos tan famosos... pero estoy segura de que vio que no llevaba adornos, ni de ese tipo ni de otro.
Me comenta que son mandalas, hechos por él, originarios de La India (ya tenemos tema de conversación), pero aprendidos a elaborar en África.
Enseguida me doy cuenta del tipo de vida que ha llevado ese hombre, mmm, qué valor hacer lo que deseas.
Por un momento me abstraí, por supuesto que compré uno, con la rápida explicación de las diferentes figuras que se pueden hacer con él y el significado de cada una. Y aquí estoy, cogiéndolo de vez en cuando e intentando meditar, que, como suele decirse, tengo para rato.
Por un lado o por otro, todo lleva al mismo camino, esa búsqueda constante, ese aprender de los demás, esa curiosidad inagotable y esa sensación de que no voy a tener bastante tiempo para sentirme saciada.
Feliz, hoy sí.
martes, 30 de marzo de 2010
DE MÚSICA Y CUENTOS POPULARES
domingo, 14 de marzo de 2010
¿Y sí...?
martes, 2 de marzo de 2010
MIS MIL DUDAS
lunes, 22 de febrero de 2010
DESCUBRIENDONOS
Cuando crees que has tocado fondo la vista te hace ver que tan sólo era un saliente de la pendiente que te acomodó ahí por un tiempo.
Te preguntas hasta cuando tu cuerpo aguantará el frío del viento estando como está al descubierto.
Tiemblo, por el frío y por el miedo. Miro al horizonte, no se ve más que agua y no sé nadar.
Mil y un pensamientos acompañan mis días, unos más positivos que otros, esos negros como nubarrones que me hacen reflexionar y hasta pensar que si fuera hindú estaría resignada porque la explicación sería que debí ser muy mala en la otra vida, pero no lo soy, ni creo en seres superiores que guíen mis pasos, ni creo en la resignación, creo en dar los pasos por el camino correcto, despacito, sin hacer daño a nadie y ser correcta saludando a todo el que me encuentro por el trayecto.
Aún así seguiré bajando, aunque me deje las uñas en ello, con la esperanza de que allí me espere una cama elástica de buena calidad y gran extensión y que de un sólo salto me envíe de golpe a la cima ¿de dónde? De donde me tenga guardado el destino.
Soy toda tuya.