De la red |
Me dicen que no tengo experiencia, pero tiendo a probarlo todo y a asumir las consecuencias. Eso sí, a escondidas, no vaya a ser que se enteren mis padres, mis vecinos y lo que es peor, los hijos de mis vecinas.
Dicen que mis orejas son excesivamente grandes, que debería reducírmelas en una clínica de cirugía estética, yo les contesto que las necesito enormes para filtrar los dobles sentidos, las verdades, las mentiras y las sutilezas.
Van diciendo por ahí que estoy un poco famélico. Mirándome a un espejo me doy cuenta de que si se me nota la columna vertebral tiene que ser porque el tocino no se acumula en la parte de atrás.
Dicen que mi trompa tiende hacia la derecha. Pero desde mis ojos veo que cuelga hacia la izquierda. Entonces quién tiene la razón, ¿el que ve o el que mira? ¿la cabeza o el corazón?
Me dicen muy exaltados una y otra vez que un elefante no puede montarse en un columpio infantil, entonces yo voy, me siento y con mucha calma y paciencia escucho a los otros "decir, decir y decir".