Un día, así de repente, te paras a mirar y te das cuenta de que tu vida se ha dividido en varias partes, como piezas de un puzzle que estaban cuidadosamente unidas unas a otras, pero que el manotazo de un niño enfadado hizo que se separaran y se mezclaran, de tal forma que por más que lo intenten, ahora no encajan.
Intentas hacer memoria, comparas el pasado y el presente, y te sorprende un dato: durante el tiempo que han pasado separadas, las piezas han sufrido cambios, de tamaño, de color, de textura y hasta de olor, las que antes iban juntas, ahora no pueden ni rozarse.
Lo que toca a partir de ya, y supone un gran esfuerzo, es buscar y buscar hasta unirte a la perfección con piezas con las que compartas rasgos y pensamientos, forma de vida e ilusión, esas con las que la conversación nace fluida, con las que no se esconden los miedos, la angustia o la desesperación, esas que te ponen fácil la adaptación a un nuevo grupo, que te dan la mano y te la aprietan, sin provocar dolor.
Y sin más, un día soleado te dejará ver que por el mundo están esparcidos pequeños puzzles nuevos y resistentes al calor, con raíces invisibles que los unen por debajo, que pueden parecer vulnerables a simple vista, pero en el fondo, no lo son. Formaremos parte del todo, pero descansando en nuestro sitio, donde no hay malentendidos, desinterés, miradas ausentes o diálogos vacíos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
Puzzle de calidad humana
Los lazos invisibles del ser algunos
Títulos posibles para el lanzamiento de la evolución
Me ha gustado mucho...
Es profundo. Ojalá encuentres esas piezas que se adaptan, y ojalá me pase a mi lo mismo :)
Un beso grande.
Títulos de los que impactan, perfecto.
Un besazo
Pasará, terminaremos encontrándolas!
Besazo
Un beso, guapa.
Me encanta esta sincronía ó esta sincronicidad nuestra, que aún con tiempo y espacio nos hace tener puzzles que aunque diferentes son parecidos :-)
Vidas paralelas, con diferencias en lo superficial, pero gemelas en el pensar.
Un besazo
Publicar un comentario