De la red |
Casi se quedó ciega de tanto mirarlo, con el paso del tiempo una capa llamada catarata se interpuso entre ellos. No le sirvió de nada comprarse unas gafas graduadas, cerrar los ojos a menudo o rezarle a Santa Lucía los domingos por la mañana.
Fue notando que al teléfono le sucedía algo parecido, se empezó a deslucir, los números mostraban su rebeldía cambiándose de lugar cada semana, poco después desapareció su color natural y el cable se enroscó de tal manera que parecía un tornado en continuo movimiento que hubiera arrasado a cientos y cientos de ciudades y campamentos.
Una noche, así sin esperarlo, el teléfono sonó. Después de buscarlo con las manos, descolgó.
Al oír su voz decidió cerrar los ojos, las palabras la envolvieron en un manto de calma, se olvidó del pasado, se olvidó del teléfono, recibió un tratamiento intensivo sin necesidad de operaciones o medicamentos.
La conversación fue larga y unidireccional, ella solo escuchaba y sin saberlo las cataratas fueron desapareciendo.
Cuando colgó y abrió los ojos fue cuando se dio cuenta de los cambios producidos: con la llamada ansiada ella recuperó la vista, pero a cambio su teléfono envejeció más rápido, pudo verle arrugas en las comisuras y cómo el auricular se había gastado a causa de las palabras tan bonitas como corrosivas que hasta ella habían llegado.
18 comentarios:
Menos mal que los terminales son muy variados
Ojos con los de china
Yo apenas uso el teléfono. Mi número está incógnito en demasiadas agendas
Besos
Y yo aquí temblando de miedo de que suene el teléfono, las cataratas crecen, uso audifonos para no oirlo si suena... tengo miedo de las caricias del viento, no vaya a ser que sea él...
me parece un texto maravilloso!
yo también tengo cataratas.... y mi tlfn telarañas
besos
precioso texto
Hay tantas personas con cataratas, algunas si, cierran los ojos y después de esa llamada al abrirlos pueden ver la vida en todo su esplendor pero otras, jamás vuelven a ver los colores con nitidez. Un abrazo
Mi teléfono es de los calladitos, y normalmente me fío más de las sensaciones. Entonces, pienso, a veces sueño y me monto mi historia. El humo me lo quito abriendo las ventanas y la luz, si molesta, la apago con los párpados.
Bonito texto, como siempre. Un besito :-)
Y a veces pasa que esa llamada lo es todo....
Me gusta como lo expresas!
Besos =)))
Bueno, al final sonó el tlf. No siempre suena.
El mío suena tan poco, que cuando lo hace, desconfío. :)
Un beso, hermosa.
Dentro de poco sonará y sonará...
Como la protagonista de la historia... igual todo se arregla con la llamada.
Parece que es bastante común esta situación...
Besos
:) Muchas gracias por leerme!
Como casi todo en la vida, tenemos dos opciones y podemos elegir... Abrazazo.
Precioso comentario...
Yo diría que eres muy romántico ;)
Y entonces los problemas desaparecen...
Besos
El final hubiera sido diferente...
Un saludo.
Esa sensación la vivimos muchos a diario, pero nunca se sabe...
Un abrazo, A.
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