Como si hubiera plegado mis alas, dobladas cada una a tamaño reducido, teniendo precaución para que las esquinas queden bien cuadradas unas con otras.
Capita de hidratante con factor protector solar alto, para que su aspecto el día de mañana resulte impecable a ojos de los demás.
Sin ese impulso extra que te dan las alas, ese dejarte llevar mientras piensas en otras cosas, cada paso se me hace un mundo, mis pies son losas cementadas cincelados a base de golpes, con final tan llamativo como una gran obra de arte vulgar.
Sentarse en la mesa para comer y encontrar el plato vacío, hacer el esfuerzo de estirar la mano y llevarse a la boca, aunque sea indigesto, a un perrito cualquiera que pasaba por allí despistado.
Soltar un suspiro por soltar algo, oír un sonido por escuchar ruido, fijar la mirada por tenerla ocupada, sentir el límite del cansancio y seguir de pie, con llagas, pero con ganas.
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2 comentarios:
si...
pero bueno..se recurre al chiste...tu cansada y yo soltero
saludos desde NY
Oscar: ése humor tan americano,respondo un jiji con agonía.
Detallazoooo
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