Como dos enemigos en la cuerda floja, intentando demostrar quién es más fuerte. El ruido del metal entrechocando constantemente, esto parece una coreografía muy bien preparada: dos pasos adelante tú, tres atrás yo.
Por momentos las fuerzas aflojan, una rodilla se dobla y vislumbro el final de la historia, tirada en el suelo de cualquier manera, la punta de la espada será mi última visión.
Cierro los ojos y me aferro a la esperanza, recupero estabilidad y mi brazo comienza de nuevo a trazar dibujos en el aire, como si siguiera una línea de puntos predeterminada, pongo cuidado y no me salgo de ellos.
Y poco a poco, no sin dolor, cansancio y ganas de salir corriendo, voy reduciendo el espacio de mi contrincante y espero salir victoriosa de la pelea, llorar de alegría y reír de los nervios, brindar con champin, comernos a besos, invitar a todos a celebrar el evento y después, sólo después, empezar a afilar la espada de nuevo.
2 comentarios:
brindaremos con champin....que seguro que es una bebida exquisota
Habrá que posponerlo para otra ocasión.
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