jueves, 4 de abril de 2013

PUZZLES

La cosilla de la mecánica me atrajo un día, pero la ilusión como vino se fue.
Sentía el metal frío, la rudeza de las piezas, la pesadez del hierro y lo poco valorado que está formar puzzles tan perfectos, pero invisibles a ojos de los demás.

Toqué con la punta de los dedos la psicología, colocar cada cosa en su sitio, responsable de los actos ajenos, una vez más juegos delicados a los que no quise jugar.

Dejé de buscar fuera y me centré en el interior, ríos de vida ahogada pedían una oportunidad, un poro por donde salir, un mar en el que desembocar, daban gritos tan parecidos a la voz de un ser normal, que no descubrí su existencia hasta que fui capaz de diferenciar la vida plena del "ahí estás".

Y desde entonces hasta ahora, voy cribando zonas inexploradas, me sorprende lo que hay guardado, pero lo voy colocando en baldas, cajones o rinconeras y como en mi vida diaria una camiseta, voy cogiendo lo que necesito, según haga, sol o niebla.

4 comentarios:

Noelplebeyo dijo...

seguro que es de más de 500 piezas y el resultado es deslumbrante

María dijo...

Piezas pequeñitas, pero como todo, con paciencia...

Un beso

A. Sandler dijo...

No sé si pillo mucho el sentido del post,...

María dijo...

Soy consciente de que escribo en clave, difícil de entenderme si no formas parte de mis días.
Lo que intento es que cada cual entienda lo que en ese momento necesita. Variadas y disparatadas conclusiones.

No obstante, gracias por intentarlo!