Hay temporadas en las que por más que quieras controlarlo todo, el entorno no acompaña.
El vecino no saluda, postura encogida, mirada al asfalto: rasca, rasca, igual sale un billete antiguo con valor incalculable y te haces más rico, en el banco, que no en la vida.
Parejas que se separan por desacuerdos en cómo llevar el día a día: si al mirarte no me desmayo, es que ya no hay nada que hacer. Proyecto mi vida futura y no hay cabida para ti en ella, se acabó y a firmar un papel.
Confianza que se pierde si no estás al 100%, sin ser consciente de que en las relaciones 50 es mío y 50 de él.
Y como si de una funambulista se tratara, andando por un cable colgado entre dos rascacielos, intento conseguir equilibrio poniendo o quitando pesos, ahora tiro hacia la derecha, quitemos un saco de pan seco, si el viento me empuja a la izquierda, relleno de chuches el hueco.
Si algo no puedo evitar, es precisamente ver lo que veo, no me gusta lo de fuera, pero poco a poco mucho más lo de dentro.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
a mí hoy no me gusta nada
Días así los tenemos de vez en cuando. Lo importante, superarlos.
Un besazo
Esa sensibilidad tuya te hace llegar todo lo que está a tu alrededor,una señal que te llega con tal claridad que la sientes como tuya, pero no lo olvides, no lo es. Sólo un destello que se queda fuera. Muaaaaakkksss
Tienes razón, quizá debiera ponerme la armadura más a menudo.
Lo tendré en cuenta.
Un besazo
Publicar un comentario