Cerrar los ojos y ver color, vislumbrar un camino estrecho y angosto y aún así conseguir pasar al otro lado. Darte cuenta de que con un poco de alcohol y algodón se curan los rasguños que han causado las espinas de las moreras... ¡¡¡qué perspectiva tan diferente se tiene desde éste lado del puente!!!!
Actualmente colecciono dosis y dosis de "pequeños buenos momentos", los enfrasco en botes coloridos y les pego etiquetas con nombres, nombres raros y entendibles única y exclusivamente por mí.
Los coloco en sitios estratégicos en casa y cada dos por tres me encuentro alguno justito delante de mí.
Quiero que este estado se prolongue en el tiempo y sé que depende de mí, así que recargo la mochila y preparo la hoguera porque esta excursión promete y voy a tardar en volver.
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2 comentarios:
eso es lo que hace falta. Saber extraer del frasco de las esencias lo bueno, que digo yo, lo mejor
Voy a empezar a hacer huecos en la casa
Pues a tirar lo que sobra que seguro es bastante!
Muackk
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