domingo, 9 de marzo de 2014

ESQUINAS

A ratos siento que no soy más que una simple galleta, esa con la que me identifico gracias a mi nombre, un nombre que poseen cientos y cientos de personas, que no te sitúa por encima ni por debajo de nadie. Neutral, diría yo.

Te envasan en paquetes de veinte en veinte y tienes que lidiar una larga temporada con clones que con suerte se diferencian de ti únicamente por haber perdido una rayita de la pata de la M.

Puedes pasar meses puesta en una estantería, cientos y cientos de personas pasan cada día delante de ti y ni se fijan ¿puede haber mayor dolor que mostrarte en toda tu grandeza, ofrecer dulzor y alimento, y ser consciente de que la gran variedad que ofrece el mercado, en cuestión de galletas, hace que pases inadvertida?

Con suerte un día llegarás a una casa y serás la capa de arriba de unas natillas, la base crujiente de una tarta de queso riquísima o la tapa de un bocadillo de galletas y mantequilla.

Quiero ser redonda, no poseer esquinas, esquinas donde se agarra el polvo que atrae al rencor o la envidia, donde conviven arañas con patas largas y minúsculas polillas. Esquinas simples, esquinas dobles, esquinas tras esquinas, esa unión de dos líneas perpendiculares que no siempre cuadran en perfecta armonía.

8 comentarios:

Noelplebeyo dijo...

que no simpleza

A mi me parece genial que quieras ser así, y que seas la genuina y maravillosa galleta María. Puedes pasar inadvertida...imagínate yo, que soy dorada estatuilla, pero que no te quepa duda que alguno paladeamos tu sabor, integramente.

Esta noche mismo, con una cucharadita de colacao y una vaso de leche.

Besos, dulce

Misterio dijo...

Tu no puedes ser una simple galleta... Eres única, y así te tienes que ver.

Hay tartas de muchas clases, las hay muy aparentes de chocolate, y no a todos le gusta esa tarta. Y hay personas a las que les gustan más las galletas María.

Normalmente, lo más sencillo es lo más bello, y las personas que verdaderamente merecen la pena, son las que saben ver eso.

Muchos besos.

La sonrisa de Hiperion dijo...

Encantador blog el tuyo, un placer haberme pasado por tu espacio.

Saludos.

María dijo...

Jeje, una dorada estatuilla americana cenando galleta española con cacao, para dar color a lo opaco.

Un GRACIAS así de grande!

María dijo...

Creo que tú y yo hemos aprendido bien la lección, la belleza de la sencillez...

Besazos mil

María dijo...

Se agradece tu visita, las puertas están abiertas, pasa sin llamar.

Saludos

Anónimo dijo...

Yo me he sentido muhco como una galleta..

María dijo...

Es posible que todos nos hayamos sentido así, lo difícil es reconocerlo y mostrarlo.

Un saludo