Me resisto a pintar mi entorno de negro, he decidido salir de compras y volver a la cueva en la que últimamente habito, cargada con botes de pintura fluorescente, rodillos de pelo de llama y brochas con flecos ondulantes.
Plantaré en el jardín una semilla que llegó a mis manos hace tiempo, y que por culpa de mis mil y un despistes había dejado en el olvido. La semilla está cargada de optimismo, tiene una tonalidad rosa opaca, echa raíces en dos días y brotes de color y fantasía.
Igual brota el lunes una copa de buen vino, el martes la recomendación más acertada, el miércoles chucherías y vinilos, el jueves te abre la página adecuada de aquel viejo libro y los viernes, sábados y domingos, sólo te aconseja atender a los que te rodean, darle muchos besos y mimos.
Cuando fuera llueve y observo por la ventana al gran árbol en el que se ha convertido, mis ojos no pueden pararse a contemplar tanto batiburrillo, aÍslan cada hoja de cada rama y recuerdan todas las razones por las que ahora así lo miro: las caídas, los obstáculos, el esfuerzo no retribuido, la gente mala, los malos hechos, las palabras feas, las frases turbias, los malos entendidos, todo junto, lo peor de este mundo tan bonito, consigue a la larga que puedas valorar los detalles al milímetro.
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6 comentarios:
Germinal
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Germinal
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Me da mucha alegría tu escrito, por tu decisión...
Es cierto, hay mucho malo en esta vida, pero no tú; por eso tienes que remontar por encima de todo eso.
La belleza existe, y tú la recreas, nunca dejes de hacerlo.
Muchos besos, bonita.
Me alegro de que te guste, en ello estamos, germinando sin saber qué saldrá de aquí.
Besos
Qué maravilla recibir comentarios así, si consigo transmitir belleza, satisfecha!
Besazo enorme
Yo el negro lo uso para vestir, hay gente muy colorida que luego la negrura la tienen a otros niveles...
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