De la red |
Intenté entonces actuar, pero resultó que un alto porcentaje de los personajes a los que interpretaba se quedaban a vivir en mí y tenía días en los que no sabía si llorar desconsoladamente por haber presenciado el final de Romeo y Julieta o reír a carcajadas por haber representado a una Sor en Sister Act III... entonces la gente me miraba y nunca estaba segura de si querían sacarme una fotografía o prestarme consejos para que me dedicara a artes menos corrosivas.
Alquilé después un local y me puse a pintar, acumulé tantos cuadros sin título que un lunes temprano llevaron a cabo un motín y salieron uno tras otro del estudio en busca de nombre y apellidos. Unos eran grandes, otros pequeñitos.
Decidí finalmente ponerme a escribir y escribí coreografías que bailaron muchas bailarinas. Escribí canciones románticas y alguna que otra con ritmo de bachata. Escribí también guiones en los que dejé parte de mi piel hecha jirones, después los actores los moldeaban a su gusto y yo desaparecía detrás de la pantalla o del escenario, y con ello regresaba el misterio.
Pero nunca fui capaz de redactar los simples títulos de mis pinturas, creo que tuve miedo de identificarlas con mis sentimientos y no quise correr el riesgo de enseñar más de la cuenta o de contar tan explícitamente lo que es el riesgo.
8 comentarios:
una vida muy prolífica,
ponles nombre no los dejes huérfanos ....
besos
Hazlo y si tienes miedo, hazlo con miedo.
Me gusta la gente viva.
Besos con riesgo
S
Tendré que centrarme en ello.
:) Besoss
Qué bonito! En ello ando, con riesgo y todo.
Besoss
Hazlo
El riesgo es vida
Besos
Me lo dices o me lo cuentas??? Jejee
Besos
un bello texto
Muchas gracias!!!
Publicar un comentario