Ya va llegando el frío, mañanas con nieblas espesas que aislan los ruidos cotidianos de las madrugadas semanales.
Ambiente mágico que consigue transportarme hasta las calles de Londres del siglo pasado.
Sentirte sola y única, creer que no hay más allá, ver sólo 20 centímetros a tu alrededor, sentirte segura porque no te pueden ver, oír únicamente tu respiración.
Dan ganas de sacar los pinceles y ponerle un toque de color, marcarte una firma tipo graffiti, bordear el camino de rojo pasión, darle un toque dorado a los bancos e inventarte un amante con esmoquin brillante, pelo rizado y una boca diciendo "te quiero, mi amor".
5 comentarios:
bueno...
aqui en el levante no se puede comprender. A lo sumo, cuando hace frío, y la humedad del mar te entra y no hay prenda alguna que te evite tener frío, y al taparte sientas calor al mismo tiempo, propicia esa situación de no disponer de posibilidad para estar bien. Echo de menos las nieblas del pisuerga, del valle que te transportaba, igual que a ti, a un recogimiento mágico...quiza estas navidades me cruce con alguna.
Feliz otoño-invierno
Noel: ya queda poco, quizá puedas disfrutarlas...
Qué cerquita vas a estar!!
Besossss.
si te pasas por pucela...nos vemos
Me encanta!! Sabes que hemos tenido un momento gemelo este año? La otra noche la niebla se levantaba en la oscura noche, y las farolas emitían sus rayos puros traspasando la capa de frío blanco, el paisaje era de una belleza aterradora, mágica, romántica. Entre tanta blanca oscuridad esos rayos de luz hacían soñar...
Ingrid: ...y sabemos apreciarlo!! Ainsss!
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