Una noche cualquiera cogeré una pértiga y saltaré cerrando los ojos, no pararé hasta alcanzar la altura perfecta y engancharme con la punta de los dedos a una estrella aleatoria que flote en el universo.
Recorreré a pie todos sus rincones, palparé los recovecos, descalzaré mis pies para sentir el polvo cósmico pasar entre los dedos, una vez que haya comprobado que no hay nadie escondido, me sentaré en un hueco con forma de silla que habré construido sin esfuerzo.
Y así, habiendo cogido distancia, observaré tus dudas y mis miedos, oigo latir mi corazón y el eco devuelve un sonido extraño y complejo, no soy capaz de descifrar el encriptado mensaje que me transmite, te lo envío por carta, sin cartero y no abres la puerta cuando el timbre suena, no quieres tener de mí nada más que recuerdos.
De repente miro a mi derecha y allí, a lo lejos, observo como hay cientos de estrellas ocupadas con sus dueños, intentando cargar de energía a esos desfallecidos cuerpos y es que la luz que emanan estas masas luminosas allá en el cielo transmite vida, ilusión, consuelo, son capaces de darlo todo y apagarse cual cerilla, sin con eso han conseguido que vuelvas a sentirte viva.
Para ello hay que pasar un tiempo aislada del mundo, dormir por el día con las gafas de sol puestas, estirarse con cuidado al despertar sin alarmas, comer migajas de restos que alimentan sin esfuerzo, limpiar la "casa" de rodillas para que quede perfecto, pero sobre todo lo que más cuesta, que es sentarte y en silencio, decirte lo que es verdad y escucharlo sin complejos.
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4 comentarios:
en esa constelación quiero permanecer, si no te importa
Me gusta mucho su contenido, y la manera tan original de escribirlo...
Muchos besos
Seremos vecinos durante una temporada, preparo yo el café!
Besazo enorme
No podías haberme piropeado mejor! Me salen colores!
Abrazazo
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