De la red |
El cirujano me extirpó un tumorcillo sospechoso. Parece ser que era el causante de la imaginación tan desbordante que convertía mis días en cuentos de irrealidad y fantasía. A partir de ahora, -me dijo con la voz entrecortada, lo que veas será verdad, casi todo lo que comas será natural, parte de lo que toques te escocerá y todo lo que sientas te dolerá.
Se supone que ese es el precio a pagar por recuperar la complejidad de la vida. Y no sé por qué, pero desde entonces me siento vacía.
Me niego a creer que las manchas de la piel son solo el resultado del paso del tiempo. Prefiero pensar que alguien en alguna parte está usándonos como lienzo.
Para mí las arrugas son un GPS personalizado, las profundas son carreteras recorridas varias veces al día y las moderadas son caminos que aún no han sido explorados.
Y el latir de mi corazón, ese que poco a poco se va reduciendo, está causado por soportar la presión, durante tanto tiempo, de compartir la misma sangre intentando ser uno frente a dos cuerpos.
8 comentarios:
Fíjate que en estos días no podía entenderte mejor. El dolor del corazón se pasa con relajantes y conversación
Besos
Y el día menos pensado nos miramos al espejo y despertamos a la realidad y ya nada será como antes
Besos
Una maravilla querida el texto que has inventado miles de besos
Veremos...
Besos
Nunca mejor dicho!
Besos
Gracias por tu visita y bonito comentario.
Besazos
Mi querida María yo hace tanto tiempo que perdí esas esperanzas...
Al principio duele reconocer la realidad pero luego te vas acostumbrando a ella,
besos
Será la madurez, la vida va apagando lo que antes ilusionaba.
Besazos.
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